¿Cómo la cultura ayuda a aprender un idioma?
Desde la escuela primaria, muchos niños aprenden un idioma extranjero. A pesar de los años de aprendizaje, pocos de ellos se vuelven bilingües e incluso les resulta difícil conversar con un extranjero. Se convierte en una teoría sin recuerdo, que se olvida con el tiempo.
En un mundo globalizado, es imposible escapar de la diversidad en las grandes ciudades y sus alrededores. Hoy, las personas viajan y necesitan comunicarse entre ellas, incluso entre los habitantes locales de ciudades cosmopolitas. Los idiomas nos dan autonomía cuando viajamos, nos ayudan a adquirir nuevos conocimientos, nos aportan una visión amplia y abierta del mundo y permiten tener más oportunidades de trabajo y crecimiento personal y profesional.
¿Cómo pasar de principiante a bilingüe?
- La trayectoria de una políglota
- 3 consejos de Irene Hernández
- Un paréntesis con Sílvia Plana
- Ideas y oportunidades para hablar otro idioma
¿Qué es un idioma?
La etimología de la palabra “idioma” significa “propiedad privada” en latín y griego. Esto revela la singularidad del grupo social que lo sostiene. Este sistema de comunicación es específico a cada uno y les permite comunicarse entre ellos de diferentes maneras: verbal, escrita y gestual.
Por lo tanto, un idioma no es solo palabras. Meritxell Uriel, profesora de español, nos lo explica y revela las razones por las cuales los estudiantes tienen dificultades para aprender nuevas lenguas:
“El idioma es más que un intercambio lingüístico. No se trata simplemente de intercambiar información, sino también de entender una nueva cultura y una nueva manera de pensar. Además, el aprendizaje de una nueva lengua siempre tiene ventajas para una mejor integración en la sociedad. La primera dificultad es la influencia de la lengua materna. Si la lengua materna del estudiante es muy diferente a la lengua que estudia, puede ser un poco más difícil entender y establecer relaciones entre la lengua materna y la extranjera. Al mismo tiempo, si las dos lenguas son muy próximas, también puede haber dificultades para diferenciar con precisión entre las dos lenguas. No obstante, hay otros factores que pueden influir positivamente en la facilidad de aprendizaje del estudiante (si habla otras lenguas extranjeras, la motivación por aprender el idioma, entre otros)”.
Entonces, el idioma abarca la historia y la cultura llena de significados y códigos de una comunidad. La transmisión cultural es una forma de enseñar un idioma. Este aspecto no se aprende, se vive.
La trayectoria de una políglota
Conocimos a Irene Hernández, una políglota de 27 años que trabaja en una consultoría de Big Data. Nacida en Barcelona, ya era bilingüe desde niña, hablando catalán y castellano. Continuó sus estudios en un colegio bilingüe (inglés y español), y también empezó francés durante dos años. Además, asimiló italiano de manera autodidacta cuando visitaba a su hermana que vivía en Italia hace tres años.
Después de su graduación en Ingeniería de Telecomunicaciones, consiguió un trabajo en Argelia en 2017 y 2018, donde mejoró su nivel de francés y se inició en el árabe. El árabe es su nuevo interés y lo alimenta participando de actividades culturales en Barcelona:
“Descubrí la asociación Abrazo Cultural buscando eventos en Meetup relacionados con el árabe, y encontré uno de sus talleres. De ahí me metí en sus redes sociales y vi todo lo que ofrecen, y la causa maravillosa que les mueve”.
La importancia de aprender un idioma no es necesariamente la cantidad de tiempo dedicado a él, sino la intensidad y efectividad del aprendizaje. Como lo explica Irene con el francés: “lo empecé a los 13 años como asignatura en el colegio, durante 4 años. Luego, hice un mes intensivo donde aprendí probablemente más que durante todos los años en el colegio”. Es esencial aprender los conceptos básicos de los idiomas y sus reglas gramaticales. No obstante, lo más eficiente es experimentar y vivir el idioma, que también es la esencia de la cultura.
Es más fácil recordar las experiencias de vida que cientos de hojas escritas en clase. Según Irene, la diferencia es el interés que das: “Cuando lo vives, te das cuenta de qué palabras te faltan, cómo debes pelear para que te entiendan con el vocabulario que tienes, y despiertas sensaciones y experiencias que no olvidas. Es necesario crear vínculos con el idioma, recuerdos, sensaciones. Canciones que te emocionan, recuerdas la letra. Escenas de películas que te divierten, recuerdas el texto. Aquella conversación en la cafetería, la recuerdas con humor. Las mejores que recuerdo están relacionadas con una canción o con un plato típico”.
Por otro lado, la impregnación cultural no es suficiente. De hecho, muchos tratan de recurrir a lo que ya conocen. En el caso de Erasmus, los grupos de amigos se forman a menudo por nacionalidades. Por estas razones, la experiencia de Irene no fue tan fructífera: “durante mi Erasmus en Francia, no hablé ni una sola palabra de francés. La mayoría de los compañeros hablaban sólo inglés y no tenía la oportunidad de practicar”.
Así, sigue siendo un gran paso en el aprendizaje de idiomas, pero no garantiza el progreso para ser bilingüe. Para superar las dificultades, debes absolutamente salir de tu zona de confort y encontrar personas que no hablan tu idioma. Es mejor verse obligado a practicarlo como lo dice Irene: “Tienes que verte en una situación improvisada, sin diccionario de paracaídas. Cuando llegué a Argelia, tuve que quitarme las inseguridades con la pronunciación y la vergüenza. Realmente aprendí cuando me vi totalmente sumergida en él. Mi curiosidad nació del día a día en la oficina. Escuchar a los compañeros argelinos en sus conversaciones cotidianas día tras día provocó que me familiarizase con expresiones, palabras, saludos, algún que otro insulto… (Jajaja). La gente se da cuenta de tu interés y eso les invita a enseñarte más”.
¿Qué podemos aprender con la experiencia de Irene?
- Aprender un idioma no es una cuestión de tiempo. Puedes tener cinco años o un mes, lo más importante es adoptar un ritmo regular y ser riguroso.
- Aprender lo básico en la escuela es solo una introducción lingüística. Para progresar, tienes que experimentar y vivir el idioma.
- Algunas personas se avergüenzan a practicarlo. Tienes que forzarte, no rendirte. Lo mejor es obligarse a hablar el idioma con los locales.
3 Consejos de Irene para que seas un políglota
- 1. Escuchar y aprender canciones enamora al cerebro. Letras sencillas que tengan estribillos que se repitan, como dice el refrán «la letra con sangre entra». Si la letra cuenta una historia divertida, es más fácil de recordar y ayuda en la pronunciación.
- 2. Comer, enamora el alma asociar a la comida varias palabras. La comida se asocia a tradición y cultura, el paso de la receta de generación en generación es historia. En cuanto te gusta un plato, quieres saber el origen de la receta, cómo se cocina, en qué fiesta religiosa se come y qué representa. Eso invita a la curiosidad y al interés. Siempre que vuelvas a comerlo, lo recordarás.
- 3. Hablar, explicar algo. Encontrarte en la situación de necesitar una palabra y no conocerla va a motivar que la busques y la recuerdes para la próxima vez que quieras hablar de lo mismo.
Las anécdotas de Irene sobre el idioma árabe:
Mezel: “En mi trabajo en Argelia siempre había mucha prisa en terminar las cosas. Por los pasillos y los despachos yo no hacía más que escuchar «mezel». Cuando descubrí que significaba «todavía no» me encantó. Siempre que pedían si algo estaba hecho se escuchaba «mezel» y aunque yo no entendiese el árabe, me podía hacer una idea de qué hablaban y hasta acabé utilizándolo también”.
Pain maison: “Otra anécdota que recuerdo con cariño es querer pedir en los restaurantes «pan de la casa» en francés, diciendo «pain maison» y nos traían un plato con queso «parmesano» (jajaja)”.
Las fotos de Irene sobre su experiencia en Argelia:
“De las pocas veces que pude hacer turismo, foto con vistas a los jardines botánicos de Argelia”
“Hay tantos gatos por la ciudad que alguna vez se colaban en la oficina. ¿Cuántas personas pueden decir que tienen mascotas en el trabajo?”
Foto en la habitación del hotel en el que siempre nos alojábamos, mi casa durante 2 años, llegando después de 12 horas en la oficina y me ponía a leer cosas del idioma árabe”.
“Una compañera trajo una joya «Kabil» típica de su zona, me sentí muy privilegiada de poder probármela”.
Un paréntesis con Silvia Plana
Sílvia Plana tiene 28 años y es de Catalunya. Habla cinco idiomas que son catalán, español, inglés, francés y italiano; y aprendió todos con facilidad. Siempre vivió en España y usa los idiomas para viajar. Además, estudia árabe con Abrazo Cultural.
Las anécdotas de Irene sobre el idioma árabe:
Mezel: “En mi trabajo en Argelia siempre había mucha prisa en terminar las cosas. Por los pasillos y los despachos yo no hacía más que escuchar «mezel». Cuando descubrí que significaba «todavía no» me encantó. Siempre que pedían si algo estaba hecho se escuchaba «mezel» y aunque yo no entendiese el árabe, me podía hacer una idea de qué hablaban y hasta acabé utilizándolo también”.
Pain maison: “Otra anécdota que recuerdo con cariño es querer pedir en los restaurantes «pan de la casa» en francés, diciendo «pain maison» y nos traían un plato con queso «parmesano» (jajaja)”.
Idemas y oportunidades para habar otro idioma
Debes crear un ambiente propicio al aprendizaje del idioma. Esto requiere una integración máxima rodeándote de diferentes elementos con los que puedes trabajar todas tus habilidades.
- Escuchar música con las letras y hacer ejercicios (Lyricstraining, Subingles, Isabel Perez).
- Mirar películas con los subtítulos en original.
- Leer libros o Ebooks, periódicos y blogs (BBC Learning English).
Muchas personas tienen miedo y vergüenza de hablar un nuevo idioma, debes ponerte en situaciones donde no tengas la elección y te obligues a practicar.
- Eventos de intercambio de idiomas llamado “Language exchange events”. Puedes encontrarlo en los grupos Facebook, aplicaciones móviles como Meetup.
- Viajes interculturales: descubre la experiencia de ser un au pair.
- Intercambios culturales: descubre las diferentes actividades de Barcelona con Event Brite, Time Out, y Abrazo Cultural.
Volver a tus orígenes. Muchas personas no hablan la lengua materna de su padres o sus ancestros. Nunca es tarde para empezar y es una buena oportunidad de recrear lienzos familiares y conocerte mejor. Se necesitará mucha paciencia para buscar las informaciones, por eso Biblioteca Nacional de España te puede ayudar.
Cuéntanos en los comentarios qué idiomas hablas y cuáles estás estudiando o te gustarían aprender 🙂
Autora: Christèle Cruzel
Estudiante en Máster de Periodismo de Viajes en Barcelona y blogger en Testimonios de Barcelona y Revista RGB, esta francesa se apasiona por el baile, el arte y la fotografía.
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