Comunicación inclusiva como clave para crear una cultura inclusiva
El lenguaje se construye y varía a lo largo de la historia. No es algo estático, sino que está en constante evolución, así lo vemos con la inclusión tanto de términos en el diccionario de la Real Academia Española, como la adopción de nuevas expresiones de uso coloquial, según las necesidades que surgen en las sociedades.
Un concepto muy importante a tener en cuenta es que el lenguaje es un reflejo de la sociedad, pero también es constructor y agente de cambio, es un camino bidireccional. Podemos contribuir a cambiar la realidad y a construir un mundo más justo e igualitario a través del lenguaje inclusivo.
“Lo que no se nombra no existe“, George Steiner.
Es importante tener presente la manera como las personas queremos ser nombradas y reconocidas. Por ejemplo, en temas de salud mental o del colectivo LGBTIQA+, estamos viendo la importancia de dar nombre a estas realidades para que sean visibles y que las personas que las viven se sientan incluidas.
El lenguaje inclusivo no es una moda pasajera. Las personas ya no se sentirán cómodas en empresas que tengan un lenguaje poco inclusivo o incluso discriminatorio. Y no se trata solo de temas de género, si no de cualquier colectivo que pueda haber sido invisibilizado a lo largo de la historia, es decir, eso incluye temas de racismo, xenofobia, discapacidad, LGBTI, etc.
El lenguaje es una herramienta más para apoyar un proceso largo de inclusión. Este cambio conlleva un proceso de reflexión y autoconocimiento para identificar nuestros sesgos, estereotipos y prejuicios. Nuestro cerebro está programado para confiar en lo que es familiar y rechazar lo que es diferente. Tenemos que entrenarlo activamente para que lo diferente lo vea como algo familiar. No somos inclusivos por naturaleza. Aceptar la diversidad e incluirla es un ejercicio diario y consciente.
Compromiso de las empresas con el lenguaje inclusivo:
La empresa es agente de cambio social y económico fundamenta y tiene responsabilidad y compromiso con la igualdad e inclusión. La comunicación inclusiva es un factor determinante de la imagen de la empresa interna y externamente, refleja sus valores y su cultura organizacional. Determinados puestos son modelo de conducta: líderes, recursos humanos y comunicación. Las personas de estos departamentos deben tener formación y posicionarse sobre el tema.
Más allá del lenguaje escrito:
Todo comunica: además de los textos y lenguaje hablada, los íconos, imágenes, música y lenguaje no verbal (gestos, tono, posición del cuerpo, turnos de palabra) también son muy importantes.
Los inputs audiovisuales generan un impacto incluso mayor que las palabras y muchas veces de manera inconsciente. Las imágenes que elijamos tanto para presentaciones, como para videos o incluso las canciones potencian el mensaje. De nada sirve usar un lenguaje inclusivo si lo acompañamos de representaciones gráficas o de canciones que reproducen estereotipos y prejuicios.
Dejamos aquí un checklist para la comunicación audiovisual inclusiva (fuente: Ayuntamiento de Barcelona):
- ¿Aparecen personas no blancas? ¿Hemos evitado que solo aparezcan hombres?
- ¿Aparecen familias y relaciones afectivas diversas? Homoparentales, monoparentales…
- ¿Aparecen personas con discapacidad? ¿Gente que no sea delgada o alta?
- ¿Utilizamos roles y estereotipos de género? ¿Harías la misma representación con un hombre?
- ¿Si representamos otro país o hablamos de lo foráneo lo hacemos a partir de estereotipos?
- ¿Hemos formado un equipo diverso antes de empezar el proyecto?
- ¿Las personas con discapacidad son tratadas como cualquier otra persona o se promueve una visión caritativa o paternalista?
- ¿Utilizamos una comunicación accesible? Subtítulos, audiodescripción, texto en braille, lectura fácil…
Principales retos:
El tema del lenguaje inclusivo es algo relativamente nuevo y todavía no hay teorías perfectas que incluyan a todas las personas. Una de las dificultades actuales es que no hay directrices o normas oficiales. Eso nos da libertad para expresarnos, pero no tenemos en qué basarnos.
Los cambios en lenguaje inclusivo vendrán muy rápido. Estamos aprendiendo el lenguaje inclusivo, es normal que nos cueste, pero con el tiempo será automático y estará interiorizado. Adaptar nuestro lenguaje es señal de respeto y garantiza un mensaje claro y eficaz.
“¡Ya no se puede decir nada!”
El lenguaje evoluciona igual que lo hacemos todas las personas. Hay muchas alternativas para expresarnos sin tener que recurrir a palabras o imágenes que pueden marginar, hacer daño y alimentar el prejuicio que tenemos de muchas personas y colectivos.
Hay una línea de pensamiento que cree que lo que importa son las acciones y los demás cambios en la sociedad. Pero el lenguaje es parte de estos cambios, no podemos separarlo. Construimos nuestras ideas y valores a través de lo que oímos, leemos y decimos.
La comunicación inclusiva elimina barreras y da voz a la diversidad. ¡Es nuestra responsabilidad adquirir un papel referente en el uso del lenguaje inclusivo para construir empresas más respetuosas y empáticas y redefinir el mundo que nos rodea!
Todo esto es parte de algo más grande y el objetivo final es crear una sociedad más inclusiva.
Acciones para poner en práctica ya:
- Comunicación es posicionamiento: usar un lenguaje inclusivo es apoyar la diversidad y utilizar la voz de la marca para reivindicar a favor de las minorías y colectivos excluidos.
- Crear una agenda y narrativa coherente de D&I vinculada al propósito de la empresa. Que no sea solo un tema puntual de las fechas conmemorativas.
- Involucrar a las personas en la comunicación. Es ese lema: “Nothing about us, without us”.
“No son nuestras diferencias lo que nos divide. Es nuestra incapacidad de reconocer, aceptar y celebrar esas diferencias”.
Audre Lorde, escritora afroamericana
Autora:
Helena Moço Lopes
Emprendedora social, fundadora y directora de Abrazo Cultural en España. Periodista de formación, con experiencia en marketing y comunicación corporativa en distintos entornos y sectores durante más de 10 años. Actualmente formadora y consultora en Diversidad, Inclusión e Interculturalidad